miércoles, 25 de abril de 2012

La Restauración. Por Monseñor Arnaiz


La Restauración. Por Monseñor Arnaiz (TE DEUM 2011)


La noche de la ignominia fue larga y no resulto fácil sacudir el yugo. Apenas, sin embargo, de enarbolada la enseña de la soberanía comenzó el Via Crucis nacional El caos económico, las luchas políticas y la amenaza haitiana todo lo trabo y lo desbarato. Santana, machete y sable invencible, no resulto tan buen estadista y Baez de vuelta en sus destierros reincidió una y otra vez en sus mismos errores y pecados.  Le sobraba sagacidad política y tesón pero le faltaba integridad y control de si mismo. Haiti, al acecho y espoleada por la debilidad interna nuestra, tramo y amago,incursiono a sangre y fuego vandalicamente una y otra vez y planeo el sometimiento total.

El pueblo ante estos hechos se radicalizo mas y mas en su nacionalismo y se banderizo políticamente. Al mismo tiempo se depaupero progresivamente por los gestos continuos de guerra, por la malversación de fondos  por repetidas emisiones monetarias que devaluaron día a día la ya empobrecida moneda nacional. Fueron tiempos arduos, ensombrecidos ya atemorizadores. 

En estas circunstancias, a espaldas del pueblo, Santana, declinante ya y desanimado ante soluciones peores, solicito a España un protectorado. España respondió con una Anexión impopular y humillante. El patriotismo se sintió traicionado y burlado y se rebelo.

La Anexión estaba viciada en su raíz y en sus motivaciones por parte de Santana y de España, y su realización fue un fracaso. Se buscaba la paz duradera y una mayor prosperidad y resulto una subversión creciente irreprimible fronteras adentro, y un empobrecimiento progresivo de la población.Le falto a España visión histórica, análisis ajustado a la realidad, sagacidad política y voluntad eficaz de impulsar la tierra, que en los albores del descubrimiento había sido denominada significativamente Le Española. Le faltaron hombres y de talla.

El 18 de enero de 1861 se proclamo la Anexión y en ese mismo momento, comenzó la rebeloon, que en 4 años de lucha ininterrumpida culminaría con la recuperación de la soberanía nacional, con la Restauración.

Restaurar es hacer esplendoroso algo deteriorado o perdido. Lo perdido en nuestro caso fue alto tan sagrado como la Soberania nacional y la Dominicanidad como realidad palpitante, fuente fecunda del quehacer político y social propio.  Algo tan sagrado como arriar la enseña nacional y en su lugar izar un emblema extraño. Algo tan sagrado como renunciar a dirigir los destinos propios y confiarlos a Poderes ajenos, mas interesados, como apareció claramente en la Anexión, en subordinarnos a sus intereses que a mirar generosamente por nuestro destinos futuros, por nuestro bienestar progresivo y por nuestra consolidación y grandeza nacional.

Aleccionadoramente para siempre, lo que quebró la Soberanía Nacional, lograda con heroísmo el 27 de febrero de 1844, fue la codicia sempiterna de las grandes potencias, la ambición desmedida de algunos respecto al trono presidencial y sus deseos incontenibles de perpetuarse en el., la desconfianza en la capacidad de nosotros mismos para defender y desarrollar la patria, el incompetente y corrupto manejo de la administración publica., y los intereses bastardos de grupos mercuriales y vende patrias.

En el corazón y mente de los mejores  de la patria, en modo alguno la Restauración era meramente la recuperación de la soberanía. Era, sobre todo, y por eso no se escatimaron sacrificios resucitar el sueño interrumpido de los Padres de la Patria, el ideal truncado de la dominicanidad y e anhelo arrasado de Duarte de que el nombre de la RD se pronunciase en el mundo entero con admiración y con respeto.  Y todo el grito y lema de Dios Patria  y Libertad, herencia sacrosanta que a nosotros nos toca hoy perpetuar, defender y acrisolar.

"Dios ante todo". En el arranque de Israel  como pueblo , Moises les dijo a los israelitas: "Ay de Uds. si se olvidaren de Dios. Nuestro Dios es un Dios celoso".

Expresivamente el Salmista lo proclamaria: "Si el Señor no construye el edificio, trabajaran en vano los albañiles. Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilaran los centinelas. Es inútil que  madruguen, que retrasen el descanso y que coman el pan de la fatiga. A sus amigos Dos les dará loque buscan, mientras duermen. Salmo 127, 1-2.

El olvido del verdadero valor Absoluto eque es Dios hace que se absoluticen valores tan relativos como es el poder, la riqueza,  y el placer, efímeros y banales.

Patria. La Patria la conforma un común origen e historia y un común destino, labrado entre todos com el esfuerzo aunado de todos. La conforma la convergencia de todos en unos comunes valores e ideales.  Supone y exige la perfección progresiva de la convivencia humana en un determinado espacio a base de una producción creciente, de una distribución de la riqueza justa y equitativa entre todos y de unas relaciones progresivamente mas fluidas, sanas y profundas.
Dios mismo inscribió el sentido de patria en la naturaleza humana al hacer a los seres humanos indefectiblemente deudores de los que les rodean, responsables y solidarios con los demás.

Dios mismo inscribió el sentido de patria en la naturaleza humana al hacer a los seres humanos indefectiblemente deudores de los que les rodean, responsables y solidarios con los demás.

Todo esto supuesto, atenta siempre contra la patria  la falta de cohesión nacional, los enfrentamientos  estériles, las desigualdades hirientes en las oportunidades fundamentales de a existencia., las rapiñas de oficiales del Estado en los bienes publicos de todos, la ineficiencia de los que mandan la ausencia de dinamismo y creatividad  en los que integran la sociedad, los intereses inconfesables o egoístas, la presencia escandalosa de una dilatada pobreza inhumana e injusta y el abandono a sus propia suerte de los desheredados de la fortuna.

Libertad. Ahitos de tanto gritar y reclamar derechos, nos hemos olvidado de exigir y exigirnos deberes. Y la genuina libertad surge de la dificil armonia de ambas realidades. sin derechos fundamentales, respetados y sin deberes rigurosamente cumplidos lo que existe no es libertad sino una degradante esclaviitud interna y externa.

Lo realmente verdadero es que Dios hizo al ser humano responsable, es decir no un ser mecánica o instintivamente programado sino consciente y por lo tanto autodeterminado. Libre, si pero  con el deber de ser fiel a la verdad , al bien y a la belleza. La infidelidad, coherentemente, a estas tres dimensiones del ser lo que hace es que la libertad humana deje de serlo y se torne libertinaje, traición clara a su noble condición humana
En la raíz de los males que han aquejado y aquejan a la Patria han estado siempre y están la irresponsabilidad, la ostentación de ciertos derechos fundamentales de todos. (servicios básicos de la calidad, educación,salud, vivienda, red vial adecuada, etc), la indolencia y parsimonia estatal, la pasividad de la sociedad civil esperandolo todo del Estado, la omisión de ineludibles deberes personales y sociales, privados y públicos y cierta inconsciencia colectiva de nuestro potencial agropecuario, turístico, industrial y minero.

El tesoro del terruño que Dios nos dio encierra inmensas posibilidades, ensanchables hoy por los avances portentosos de la ciencia y de las técnicas modernas y que solo esperan para salir de su letargo, el trabajo inteligente, sostenido y organizado de todos nosotros.

"Labor omnia vincit" ("el trabajo todo lo consigue") decían los romanos. El trabajo serio, responsable, inteligente, sabio, apoyado en la técnica, organizado, bien remunerado, alegre e indesmayable. ! Que distinta seria la Patria si pudiese contar a pleno rendimiento con todos los talentos que posee repartidos entre sus hijos"!

En la celebración de un nuevo aniversario de la Restauración sintamos en lo mas hondo de nuestras conciencias la sacrosanta obligación de poner al servicio de la Patria de todos los dominicanos los dones personales recibidos del Señor. 

No importa la pequeñez de nuestro territorio. Pequeña era Grecia e ilumino con su saber al mundo entero.
Pequeña era Cartago e hizo temblar al poderoso y dilatado imperio romano.
Pequeño es el Japon, importador  de petróleo y de materias primas y se ha constituido en un gigante de la modernidad.
Pequeña es la isla de Taiwan  y se ha convertido en un titan del Pacifico.
Pequeños han sido muchos pueblos que han logrado sin mas muy altas de gloria y esplendor.

Lo que encumbra a los pueblos es el conjunto de sus virtudes, los altos valores determinan sus conductas, el esfuerzo generoso y denodado de todos sus hijos en un común empeño, el trabajo de todos sin pesos muertos y sin rémoras fatigantes.

Nuestra oración sincera a Dios en la conmemoración de la Restauración de la Soberania Nacional es que todo esto sea una espléndida realidad.
Que el sueño de los Padres de la Patria_ sueño también de Dios. Gracias a nuestra responsabilidad y responsabilidad se vea al fin cumplido.

Monseñor Francisco Jose Arnaiz S. J.

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